domingo, 25 de julio de 2010

Dime qué tipografia usas, y te diré quién eres...

No, nunca fui de las tolerantes y sociables personas que estan dispuestas a hablar con cualquiera. Digamos que tampoco soy una ermitaña... o no todavia. Pero todo contacto con otra persona es concebible hasta cierto punto. Aquel punto, es ni nada mas, ni nada menos que la tipografia que esa persona utiliza cuando se dirige a mi.
Tengo mis pautas, que serán o no absurdas, pero existen y me rijo por ellas.
Mi limite determinante es la letra Comic Sans y todos sus derivados. Cada vez que leo esa fuente tipográfica, no leo a quien me escribe, sino que a un yo inconsciente que me grita que mi interlocutor es un IMBÉCIL.
Y de allí, todo se vuelve difuso y la imagen se detiene. Y me veo a mi misma, sumergida en un estado de obnubilación, dirigiendo mi cursor por órdenes que provienen de partes mías que me dominan y que poco conozco, hacia el botón que se ubica en la parte superior de la ventana de una de mis pestañas de conversación que dice BLOCK.

Lease que si la letra Comic Sans se ve acompañada por estridentes colores, efectos BOLD, SOLID, o simil, se revela que quien la usa no solo es un perfecto imbécil, sino que tampoco triunfará en la vida, nadie lo querrá jamás y otras demás cosas que pasan por mi mente que me han llevado a que me encuentre una noche de domingo de receso escolar sola en mi sala de estar tomando café acompañado de pan lactal de salvado.
SIN TOSTAR.

No se recomienda tener esta clase de pensamientos si se planea conservar una vida social.

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