sábado, 31 de julio de 2010

Nada se pierde, todo se transforma. Blabla, algunos me dicen que sos mariposa. Otros que sos luz. Ayer mencioné que te extrañaba... es raro mencionarlo porque de una forma y de otra estás presente porque te pienso más que recurrentemente y el porque del que te escribo radica en qué siempre me dijiste que estabas conmigo. Es el día de hoy y no lo dudo. Es como hablar en voz alta por papel, es como si me escuchas,aunque mi voz que está en modo mute no te susurre, pero te siento responderme y te veo mover los labios poco porque no modulabas mucho. Cholito, podes más que mi escepticismo, y hoy por un motivo incomprensible te extraño más que otros días.
El trono del reino sigue intacto, invariable, como vos, justo como vos. Todavía persiste el perfume a gluten, todavía te confundo con Herman Hesse. Cuando veo margaritas me acuerdo de vos porque hablabas mucho con esas por teléfono, y cuándo veo una boina sé que está incompleta. El portón de oro de enfrente tiene una sombra sellada.
Un día apareciste con bastón y me asusté. Después lo dejaste de lado y me advertiste que estabas bien, siempre estuviste bien cuando yo estaba ahí. Y me odio, me odio porque antes me enojabas. Me enojaba saludarte, siempre lo supiste por mi indisimulable cara de infante enojado. Y eso que te quería como a pocos. Radio alegría nunca sonó tan fuerte. Tus chancletas todavía dan pasos lentos, y todavía escucho el tango en la cocina. La imagen es más vívida y nítida si te lo cuento. No creo más que en vos y en tu filosofía. Me acuerdo la charla que tuvimos en el living como si fuera ayer. Yo me sentaba en tu silla de forma tan ineludible y grosera, y vos no me decías nada. Y aunque lo sabía me quedaba ahí para desafiarte, entre los dos sabíamos que jugábamos porque teníamos una picardía similar, y después... después nos hacíamos a la idea del cambio de roles. Me contaste de viajes y de escuelas, y yo solo veía nubes.Te imaginaba entre nubes como te imagino ahora. No hay nada que me conmueva más que verte en mis ojos, y sé que en parte siempre viste a través de mi. Te alegraba que fuéramos parecidos, y hoy me alegra a mí saber que tanto tuyo pervive conmigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario