Nada se pierde, todo se transforma. Blabla, algunos me dicen que sos mariposa. Otros que sos luz. Ayer mencioné que te extrañaba... es raro mencionarlo porque de una forma y de otra estás presente porque te pienso más que recurrentemente y el porque del que te escribo radica en qué siempre me dijiste que estabas conmigo. Es el día de hoy y no lo dudo. Es como hablar en voz alta por papel, es como si me escuchas,aunque mi voz que está en modo mute no te susurre, pero te siento responderme y te veo mover los labios poco porque no modulabas mucho. Cholito, podes más que mi escepticismo, y hoy por un motivo incomprensible te extraño más que otros días.
El trono del reino sigue intacto, invariable, como vos, justo como vos. Todavía persiste el perfume a gluten, todavía te confundo con Herman Hesse. Cuando veo margaritas me acuerdo de vos porque hablabas mucho con esas por teléfono, y cuándo veo una boina sé que está incompleta. El portón de oro de enfrente tiene una sombra sellada.
Un día apareciste con bastón y me asusté. Después lo dejaste de lado y me advertiste que estabas bien, siempre estuviste bien cuando yo estaba ahí. Y me odio, me odio porque antes me enojabas. Me enojaba saludarte, siempre lo supiste por mi indisimulable cara de infante enojado. Y eso que te quería como a pocos. Radio alegría nunca sonó tan fuerte. Tus chancletas todavía dan pasos lentos, y todavía escucho el tango en la cocina. La imagen es más vívida y nítida si te lo cuento. No creo más que en vos y en tu filosofía. Me acuerdo la charla que tuvimos en el living como si fuera ayer. Yo me sentaba en tu silla de forma tan ineludible y grosera, y vos no me decías nada. Y aunque lo sabía me quedaba ahí para desafiarte, entre los dos sabíamos que jugábamos porque teníamos una picardía similar, y después... después nos hacíamos a la idea del cambio de roles. Me contaste de viajes y de escuelas, y yo solo veía nubes.Te imaginaba entre nubes como te imagino ahora. No hay nada que me conmueva más que verte en mis ojos, y sé que en parte siempre viste a través de mi. Te alegraba que fuéramos parecidos, y hoy me alegra a mí saber que tanto tuyo pervive conmigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario